Ya todo dejé
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1
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Tan triste, y tan lejos
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de Dios me sentí,
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y sin el perdón de Jesús; mas cuando su voz amorosa oí, que dijo, ¡"Oh, ven a la luz".
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Ya todo dejé para andar en la luz, no moro en tinieblas ya más; ya todo dejé por seguir a Jesús, y vivo en la luz de su faz.
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2
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¡Qué amigo tan dulce
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es el tierno Jesús!
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tan lleno de paz y de amor;
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de todo este mundo es la fúlgida luz, el nombre del buen Salvador.
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3
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De mi alma el anhelo
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por siempre será
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más cerca vivir de la cruz, do santo poder y pureza me da, la sangre de Cristo Jesús.
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4
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¡Oh! ven a Jesús, infeliz pecador, no vagues a ciegas ya más;
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sí ven a Jesús,
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nuestro gran Salvador,
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pues en él salvación hallarás