Vivir con Cristo
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1
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Jesús, mi dicha
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y mi dulce amor, es mi consuelo que me asiste aquí;
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no siento pena,
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no siento dolor,
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y mi plegaria te dirijo a ti. Paz y confianza te debo pedir, que por tu gracia podré recibir; la tierna voz escucho aquí
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y allá contigo iré a vivir.
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2
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Vivir con Cristo, ¡qué dicha será! en la mansión que él fue a preparar; promesas fieles
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que no han de faltar,
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a los que en Cristo
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hemos confiado ya. Dichoso el hombre
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que confía en él,
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ninguna lucha lo podrá vencer, es nuestro amparo, es el sostén,
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a todo aquel que le sea fiel.
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3 Esplendorosa la marcha será, a la mansión
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que preparada está; innumerables fieles irán, cantando en coro,
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hasta llegar allá. Aunque la lucha penosa será, siempre consuelo podremos hallar; Cristo Jesús, él nos guiará, y allá con él iremos a estar.
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4
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Siempre cantándole al Señor Jesús, con alegría y en plena paz; llenos de gozo y su bella luz, porque veremos su radiante faz. Si somos fieles a nuestro Señor, y no faltamos a nuestro deber, unidos todos en comunión,
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le rendiremos homenaje a él.
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Eustaquio Pineda