Tu mano me guía
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Cada día, ¡oh Cristo! bendición nos das,
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y en tu fiel promesa
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hallo gozo y paz,
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y seguirte puedo, porque con amor guiándome tu mano va, Señor.
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Cada día mi corazón colmarás de bendición
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y en ningún conflicto temeré; porque tú conmigo vas,
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y tu gracia me darás, vencedor por ti seré.
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Inefable gozo das al corazón, que se entrega humilde
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con sincero amor,
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sé tú el dueño mío, toma posesión de mi vida entera, ¡oh Señor!
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Cada día quiero para ti vivir, tuyo soy y anhelo a mi rey servir; dame algún trabajo
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que haya en tu labor, aunque tan inútil soy, Señor
