Qué hermoso
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1
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Blancos vestidos bañados de luz, rica diadema de gran resplandor, bella mansión de sublime quietud donde la noche jamás existió; esa ciudad admirable de Dios en que estaremos reunidos con él, todo lo que ha preparado Jesús, es para mí.
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Bello ropaje, hermoso hogar, tierra preciosa, dulce cantar, bella corona de estrellas mil, rica mansión de luz do viviré.
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2
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¡Oh, cuan preciosa es la meditación, de vivir siempre por la eternidad, estando libres de preocupación libres de afanes y gran ansiedad. Tendremos parte en el júbilo aquel en que mil voces alaben a Dios! Padre, permite que no falte yo, es mi oración.
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3
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Cosas preciosas tendremos que ver
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en las regiones
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más altas que el sol, cuando abandone
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del río la ribera,
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y mis tesoros reciba de Dios. Bello país donde no hay que sufrir, dulce refugio de santo calor; bello lugar donde no hay
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que morir, casa de amor