Nunca me dejará
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1
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He visto el fúlgido rayo, he oído el trueno rugir; las olas con bravo estallo, queríanme destruir;
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oí la voz de Cristo, que ánimo daba a mi ser, pues prometió no dejarme, nunca ausentarse de mí.
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No me desamparará,
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ni me dejará,
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pues prometió no dejarme, nunca ausentarse de mí.
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2
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Mundanas nubes me envuelven, y tentaciones también; ante Jesús se disuelven, Jesús es mi sostén:
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Me guarda en todo peligro, se compadece de mí; pues prometió no dejarme, nunca ausentarse de mí.
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3
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Y cuando en oscuras pruebas rebusco el mundo cruel, aquí no hay fin de mis penas, no hay un amigo fiel;
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mis pies en zarzas cogidos, casi me hacen caer, entonces Cristo promete nunca ausentarse de mí.