Mundo de falsedad
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1
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Me miro despreciado, me miro desechado por tu nombre Jesús, Todo lo que se mira
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se que son vanidades por eso Dios del Cielo no vuelvo a hacer el mal, y cuando sea probado por muchas tentaciones, la sangre de mi Cristo, aclamaré a una voz;
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y desde el cielo un ángel descenderá a ayudarme, Cristo es el que en mí obra, a hacer su voluntad.
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2
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Yo sé que es muy posible, que de un momento a otro Cristo aparecerá.
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Y su poder y gloria veremos en la altura; veremos la hermosura
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de nuestro Salvador;
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yo seré transformado
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como a su semejanza,
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y una alabanza elevaré a mi Dios; con gozo y alegría recibiré mi triunfo,
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mi corona infalible
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que Cristo me dará.
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3
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Después de tanto tiempo, de haber luchado mucho por serte fiel, Señor. Yo sé que no es en vano todo lo que he sufrido, y cuando haya cumplido mi premio me darás. En este mundo impío, lleno de falsedades, Jesús, guárdame siempre en tu divino amor,
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no dejes que el maligno vaya a ganar mi alma, reprende al enemigo, en tu nombre Señor.
