Mi buen Pastor
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1
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Yo tengo un Pastor sublime; ¡oh, qué dulce es cantar a su amor! su brazo sutil redime del peligro, al más vil pecador.
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Mi buen Pastor,
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su cayado me guiará,
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mi buen Pastor,
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con su amor me sostendrá; mi buen Pastor,
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nada mi alma temerá: Aunque en valle de sombra de muerte yo esté,
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sé conmigo y seguro estaré.
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2
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Yo tengo un Pastor que vive en el cielo, a la diestra de Dios; su vista mis pasos vela,
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y dirige mi senda su luz.
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3
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Perdiendo su oveja un día, de su trono a buscarla bajó, hallándola ya perdida, por salvarla, su vida entregó.
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4
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Si acaso perdido, errante, sin Pastor vives hoy pecador; si oyeres su voz amante, ven, entrégale tu corazón
