Me ha tocado
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En pecado yo vivía,
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en tinieblas y en error, mas la mano de Jesucristo me tocó y salvo yo soy.
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Me ha tocado,
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sí, me ha tocado,
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y ahora sé que el Salvador, sana, salva, viene por mí, me ha tocado Cristo el Señor.
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2
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Desde que encontré al Maestro, desde que lavó mi ser, nunca dejaré de alabarle, hasta que regrese otra vez.
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3
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Muy agradecido vivo, mucho ha hecho él por mí, pues cambió mi vida al tocarme, y nueva esperanza sentí.