Los caminos fatigados
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1
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Si cruzas este valle tenebroso sin luz en tu camino, fatigado;
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si nadie a tu clamor ha respondido, no temas que el Señor
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está a tu lado.
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Trae al Señor cuidados
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y quebrantos,
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y ven a él con toda tu impureza; limpio te hará,
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y en su bondad Inmensa
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te llenará de amor divino y santo.
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2
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Jesús es viva fuente de consuelo que calma los pesares de la vida; él trajo, cual paloma, desde el cielo el bálsamo de paz al alma herida.
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3
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Escucha el amoroso llamamiento de Cristo, inocentísimo Cordero, que vino a redimirte con su sangre muriendo escarnecido en el madero.
