La Iglesia, el Cuerpo de Cristo
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Somos un cuerpo en Cristo con diferente don; diáconos y ministros,
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y la congregación.
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Y si de acuerdo vamos, crece la caridad; solos no nos quedamos, Jehová nos ayudará.
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Todos en uno amados, todos en comunión; siendo regocijados, por esta salvación.
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En este cuerpo se halla esta repartición: unos con sanidades, otros exhortación,
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a otros dones de lenguas, otros interpretación,
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a otros la profecía,
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a otros el doctrinar.
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Aunque este cuerpo tiene miembros en distinción, empero todos juntos con diferente acción, uno se ayuda al otro para poder obrar, para que uno que otro se pueda evangelizar.
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Este conjunto en Cristo tiene alimentación, él es el gran Obispo de la congregación; él es el arquitecto que vida al hombre da, luego le llama "hijo", por toda la eternidad
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Cristo, él es la cabeza, él es el buen Pastor; de él vino la promesa, Cristo el Redentor
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de toda esta Iglesia, que sirve con verdad, que ha amado su Palabra y hoy goza de libertad.
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Somos un solo cuerpo
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en el Señor Jesús, conforme al mundo muertos, viviendo en su luz. Somos participantes
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de la resurrección,
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y entraremos triunfantes, cantándole a Cristo en Sión.
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Marcial de la Cruz
