Jerusalén oh Jerusalén
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1
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Jerusalén, oh Jerusalén
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lugar de millares de encantos, bella ciudad sin comparación,
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tu gloria me fascinó, mas en tu afán de prosperidad, tu vil corazón, de mí, tu Dios, se olvidó.
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Oh Jerusalén, oh Jerusalén anduve entre ti cual antorcha revela tu luz,
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mas tu corazón por su rebelión no quiso aceptar mi amor, por no ver mi faz delante de ti al fin me clavaste en la cruz, Jerusalén, oh Jerusalén,
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yo tu creador soy Jesús.
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2
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En tu camino fui yo tu amor, mi sombra fue tu centinela; cántico de sublime quietud, fue mi palabra en tu ser, como el sol en su resplandor fui yo tu clamor,
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mi honra fue tu deber.
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3
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Cuando clamabas de corazón tu llanto golpeaba mi alma
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y en los momentos de humillación manifesté mi bondad; cuando en tus días de mocedad llenos de placer
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fui yo tu tranquilidad.
