Hay una senda
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1
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Hay una senda
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que el mundo no conoce, hay una senda
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que yo pude encontrar;
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en Cristo tengo
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la salvación de mi alma,
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en Cristo tengo salud y libertad.
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2
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Por fin llegué Señor a tus moradas, para que cumplas
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en mí tu voluntad;
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en Cristo tengo la salvación
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de mi alma,
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en Cristo tengo salud y libertad.
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3
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Mis amistades, amigos y parientes, fueron las gentes que yo relacioné, me abandonaron
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por causa de su nombre, cuando supieron
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que a Cristo me entregué.
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4
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Aquel camino de tantos sufrimientos, aquel camino que el mundo
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me mostró, fue transformado
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en aquel feliz momento, cuando mi Cristo a mí me redimió.