El Cristo de Nazaret
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1
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Soñé que en la playa
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de un mar me vi,
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era el mar de Genesaret,
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la gente seguía con frenesí
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al Cristo de Nazaret;
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noté que los ojos del ciego abrió y al momento le hizo ver;
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yo vi que al cojo por fe sanó el Cristo de Nazaret.
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Yo también quiero amarle por siempre,
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en él mi deleite hallaré;
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me salva, me cuida y me guarda, el Cristo de Nazaret.
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2
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Su amor, su ternura y compasión, olvidarlos jamás podré; salvóme de toda condenación
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el Cristo de Nazaret;
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sus manos heridas me señaló
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y me dijo, "por ti sufrí". Rendido a sus plantas, mi ser salvó el Cristo de Nazaret.
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3
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Las ondas furiosas del mar calmó al impulso de su poder,
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la turbia corriente el mandato oyó del Cristo de Nazaret;
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es dulce, bendita y serena paz la que inunda mi pobre ser,
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mi vida en la diestra potente está del Cristo de Nazaret.
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4
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Ven tú que en el mar turbulento estás, salvación hallarás en él,
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en tu alma la dulce quietud tendrás del Cristo de Nazaret,
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me ordena decirte el mensaje fiel, que de paz llenará tu ser,
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si sólo permites que more en ti el Cristo de Nazaret.