Cordero
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1
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Cordero, que bajaste del cielo,
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a morir en la cruz, para darme la luz y también salvación;
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vertiste tu sangre inmaculada, con la cual mi maldad, al morir tú en la cruz, la borraste Jesús.
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Hoy te alabo Señor,
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con todo mi corazón. Porque, porque tú eres mi Dios porque tú eres mi Dios
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y mi buen Salvador
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que moriste por mí.
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2
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Tú eres el que diste a mi vida, esa paz sin igual, que no pude encontrar en el mundo falaz; ahora mi alma alegre te canta, disfrutando el amor, que en la cruz del dolor demostraste Señor.