Contestación divina
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1
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Mi madre oraba por mí cuando yo era un pecador, pues nunca quería escuchar el consejo de su voz; mas ella con fe y amor me hablaba del Salvador. Ella siempre me decía: "Hijo mío, busca a tu Dios".
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¡Oh que gozo hay en mi alma porque Cristo me salvó! escuchó las peticiones
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de mi madre en oración.
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2
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Mi madre lloraba por mí porque no quería aceptar, aunque decía que sí, pero no iba al altar;
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mas ella rogaba por mí, que no fuera a rechazar, esa voz que me decía: "Ven a mí te haré descansar".
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3
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Mi madre elevaba su voz hacia el cielo en oración, le presentaba al Señor una humilde petición, que hubiera en mi corazón una real regeneración; esto era lo que ella, demandaba en su petición.
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4
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Un día por gracia sentí en mi ser una bendición, un grande cambio sentí dentro de mi corazón; hermoso placer para mí fue el ver que la salvación, de Jesús la recibía,
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por su gracia y compasión. Lorenzo E. Salazar